2011, un año demasiado intenso

Pensé en escribir este post intentando darle algo de relevancia pública, que se dice, sin caer en el egocentrismo puro y duro. Pero no creo que sea posible. Siendo un blog de viajes, simplemente quería compartir unas reflexiones del que ha sido un año para enmarcar en ese aspecto.

He visitado 6 países en 3 continentes: Cuba, Italia, Grecia, Turquía, Chipre y Georgia. He hecho colegas, he reforzado amistades que perdurarán y he encontrado a joyas de personas. He perdido de la forma más dramática a gente que quería y me he ganao el tormento eterno. He enlazado meses de intensas experiencias totalmente alejadas de la rutina y he echao de menos el confort del puto hogar y la cotidianidad. Gentes, culturas, climas, entornos… situaciones que colapsan la memoria y convierten a las palabras en un recurso demasiado pobre para transmitirlas.

Pero ni quiero arrepentirme de na de lo malo, aunque me siga doliendo, ni temer por un futuro incierto que dificilmente superará este presente. Hace un año a estas alturas, por ejemplo, no sabía que me iba a ir de Erasmus. Era suplente nº 1 pa Turquía y nunca tuve fe. Pero la suerte hay que buscarla. Y si se me acaba el chollo y me tengo que buscar la vida (entendiendo por ello buscar un trabajo), no pienso lamentarme de la falta de oportunidades antes de echar el currículum…

Feliz Año Nuevo :)

Operación Vuelta a casa por Navidad. Capítulo 2: Girona y Barcelona

Llegué al aeropuerto de Girona de noche y sin hospedaje, pero la suerte que me está acompañando hasta ahora propició que encontrara un albergue cojonudo en el centro. Es de Equity Point, por si alguna vez os sirve a alguno de mis millones de lectores. Allí he pasado dos noches: la de la llegada y otra, antes de seguir mi camino hacia Barcelona, para ver el Barça, y a Zaragoza.

Así pues empleé el lunes en ver Girona. Ver unas cuantas fotos previamente bastó para comprobar que merecía la pena conocer esa ciudad. Efectivamente, es preciosa. Y muy pequeña: me hizo gracia comprobar que te puedes recorrer medio mapa (el centro) en 15 minutos. Así que me tomé el día con calma, dando vueltas.

Cuál fue mi sorpresa cuando, almorzando engloriao pinchos en un Lizarrán (cosa que me hizo recordar inevitablemente a mi amigo er Papa), escuché a un chaval hablar con acento andaluz en una mesa cercana. Hay bastantes andaluces allí, por cierto. No sería nada especial si no fuera porque le escuché decir algo de Jerez. Resultó ser el ‘Agujetas chico’, un gitano del barrio de San Miguel (de la familia de los Agujetas, por si no lo hubierais sospechado). El tío toca la guitarra de vicio. Resulta que compone, produce, da canciones y colabora con artistas de renombre como El Cigala, La Niña Pastori o Pitingo.

Total que nos hicimos colegas y estuvimos el resto del día juntos, nosotros y Jordi, un colega catalán apasionado del flamenco, dedicado al cante, y que resultó tener una voz prodigiosa. Dos artistas, vaya.
Cenamos en casa del Agujetas, en un lugar perdido en medio del húmedo bosque que rodea la ciudad y sus afueras. Luego salí un rato con el Jordi, que se mostró muy amable e interesado en ayudarme. Un tío cojonudo.


Aquí dejo algunas fotos. Comentar que el puente rojo lo hizo el equipo de Eiffel, según me contaron, y que la ciudad tiene una muralla de 4 km. que ofrece preciosas vistas de la vegetación exterior y de la zona antigua, catedralaza incluida en el interior. Todo muy cuidado y con mucho encanto, la verdad. Una chavala sevillana que conocí coincidió conmigo en catalogar a Girona como 'la Granada catalana'.


Mi escala en Barcelona tuvo el único y claro propósito de ver al Barça. Por eso fui sin hospedaje y sin nada planificado que ver. Entre que era la cuarta vez que visitaba la ciudad y que iba solo, me limité a dar un paseo para matar el tiempo antes de tirar para el Camp Nou.

Uno de los criterios fundamentales a la hora de trazar este viaje de vuelta a España fue poder pasar por el estadi para volver a ver un partido, por segunda vez tras presenciar en 2009 el cero a cero ante el Chelsea en 2009, una semana antes del Iniestazo de Stamford Bridge.


Total, que salí muy contento el martes. El del Bate Borisov en teoría era un partido inservible pese a ser de Champions: última jornada de la fase de grupos pero ya clasificados para octavos, a cuatro días del clásico… Así que, con todo el pescao vendido, Pep puso a los chavales de la cantera, que hicieron un partidazo para mi disfrute. Bajo el liderazgo de Pedro arriba, jugaron incluso mejor que los del primer equipo. Y metieron 4 goles. Una delicia.

Tras el partido seguí matando el tiempo, sin sitio donde dormir, pasando un poco de fatiga durante toda la madrugada, caminando alrededor de la estación de Sants, simplemente esperando el primer AVE hacia Zaragoza, tercera escala.

Operación Vuelta a casa por Navidad. Capítulo 1: El viaje de ida

He demorado tanto contar la operación Vuelta a casa por Navidad que me pilla ya en España. Voy a estar aquí prácticamente todo el mes de diciembre. Entre mi buena adaptación a Turquía y el desembolso económico que supone volver, me planteé hacer entre ningún y un viaje de vuelta a la patria en estos diez meses de periplo otomano. Al final la influencia del anuncio del turrón hizo que me decantara por la Navidad para esa visita, aunque no vaya a ser ni mucho menos en el ecuador sino a los dos meses y medio.

Volviendo a incidir en el gran gasto al que obliga la mala conexión entre los países en cuestión, me planteé un viaje completo, que no se limitara a estar las cuatro semanas en Jerez. Al final conseguí trazar un plan que me permitiera aterrizar en tierras catalanas y pasar por el Camp Nou pa ver a mi Barça y luego por Zaragoza, escala obligada desde que supe que le daban la Séneca allí a mi amigo Antonio. Ya luego tiro pa Jerez/Sevilla, pero vamos por partes.

Como sabéis, Gaziantep no tiene conexión directa con España. De hecho, ni Ankara la tiene. Sólo Estambul, con Madrid y Barcelona y por un perraje, normalmente. Desde Antep hay que hacer al menos una escala, normalmente en Alemania, en Frankfurt (como hice en la ida) o Munich.

Sin embargo, hace un tiempo me enteré de la existencia de una conexión de Ryanair entre España (Girona) y Chipre (Lárnaca). Conociendo lo barato que es volar con la compañía irlandesa, si sólo llevas equipaje de mano, me decidí a escoger esa “ruta alternativa para mochileros”. Lárnaca es el destino más oriental de cuantos oferta Ryanair, y su conexión con Girona diría que uno de los trayectos más largos de la compañía. No en vano, Chipre está todavía cerca de la costa siria y de Turquía.

La conexión entre Gaziantep y Nicosia (capital de Chipre) también era asequible (45 €) y rápida (45 minutos), así que enlacé los dos vuelos: ese primero, con Pegasus Airlines, y el de Ryanair que os comento, que salió por 30 € na más. Es sin duda la mejor alternativa para quien me quiera venir a visitar...

Nos situamos pues en el domingo 4 de diciembre. El primer vuelo, sin la menor incidencia, me deja en el aeropuerto de Nicosia (Ercan), el único de la ciudad, en la parte turca. Señalo que es el único aeropuerto porque, como ya conté cuando fui a Chipre por placer, la isla está dividida en dos mitades aisladas, la turca y la griega, y la frontera también divide en dos a Nicosia. El principal aeropuerto de la parte griega es el de Lárnaca, en la costa sur, a unos 70 km. de la capital.

He aquí cuando surge la primera de las incertidumbres de este viaje: cómo conseguir ir de un aeropuerto a otro en las 3 horas de las que disponía, cruce de frontera incluido. Voy a intentar esquematizar el trabado y estresante desplazamiento:
  1. Control especialmente exhaustivo en el aeropuerto de Ercan, con un inesperado cuestionario sobre mi vida entera, aparte del rutinario control del pasaporte.
  2. Taxi aeropuerto Nicosia –> frontera (en el centro de la ciudad).
  3. Cruce de la frontera. La poli turca me pide un papel que me habían dado en el aeropuerto y que resultó ser un permiso especial para pasar, porque justo ese día estaban haciendo “recuento de población”. Paso el control. Cruzo a pie por la llamada “zona de amortiguación”, una especie de barrio fantasma, territorio de nadie (bueno, custodiado por la ONU) con varias casas abandonadas y derruidas, posiblemente habitadas en tiempos de no confrontación. De paz, vaya.
    Fronteras, controles policiales, zona de amortiguación... suena todo demasiado hostil, como si sólo fuera la mediación de “la comunidad internacional” lo que está evitando un enfrentamiento bélico. Es alucinante el aislamiento entre las dos mitades de Chipre, con sus formas de vida, creencias, culturas... tan diferentes. Es sin duda un caso más digno de estudio, entre los “sinsentidos del ser humano”. En fin, paso también el control de la poli griega, algo más desconfiados y, con el tiempo encima, pillo un...
  4. Taxi frontera -> estación de autobuses, donde por 5 minutos pude coger el...:
  5. Autobús Nicosia –> aeropuerto de Lárnaca, clave para ahorrarme la pasta de un taxi entre ambas ciudades.
Con la suerte de mi lado durante todo el día, camuflo unos zapatos entre abrigos y la mochila pesa 9,9 de un máximo de 10. To pa' dentro como equipaje de mano.

El segundo vuelo fueron 4 horas pero se me pasaron bastante rápido. Conocí a una interesante pareja de periodistas, que resultaron estar especializados en Oriente Medio. Me contaron que trabajan para AFP (Agence France-Presse), una de las más importantes agencias de noticias a nivel mundial. Ella nació y se crió en Líbano. De padre libanés y madre española, cuenta con 3 lenguas maternas: francés, español y árabe. Me contó que lleva 24 años de profesión, y que a veces se quema porque todo en los medios es una gran mentira. Por lo menos, lo reconoce. Él, fotógrafo, estuvo en Irak cuando el meollo del bombardeo yanki.

En fin, una muy interesante compañía que, junto al periódico y su crucigrama me mantuvieron distraído hasta casi ni darme cuenta de que aterrizaba, como si nada, de nuevo en España...