Operación Vuelta a casa por Navidad. Capítulo 1: El viaje de ida

He demorado tanto contar la operación Vuelta a casa por Navidad que me pilla ya en España. Voy a estar aquí prácticamente todo el mes de diciembre. Entre mi buena adaptación a Turquía y el desembolso económico que supone volver, me planteé hacer entre ningún y un viaje de vuelta a la patria en estos diez meses de periplo otomano. Al final la influencia del anuncio del turrón hizo que me decantara por la Navidad para esa visita, aunque no vaya a ser ni mucho menos en el ecuador sino a los dos meses y medio.

Volviendo a incidir en el gran gasto al que obliga la mala conexión entre los países en cuestión, me planteé un viaje completo, que no se limitara a estar las cuatro semanas en Jerez. Al final conseguí trazar un plan que me permitiera aterrizar en tierras catalanas y pasar por el Camp Nou pa ver a mi Barça y luego por Zaragoza, escala obligada desde que supe que le daban la Séneca allí a mi amigo Antonio. Ya luego tiro pa Jerez/Sevilla, pero vamos por partes.

Como sabéis, Gaziantep no tiene conexión directa con España. De hecho, ni Ankara la tiene. Sólo Estambul, con Madrid y Barcelona y por un perraje, normalmente. Desde Antep hay que hacer al menos una escala, normalmente en Alemania, en Frankfurt (como hice en la ida) o Munich.

Sin embargo, hace un tiempo me enteré de la existencia de una conexión de Ryanair entre España (Girona) y Chipre (Lárnaca). Conociendo lo barato que es volar con la compañía irlandesa, si sólo llevas equipaje de mano, me decidí a escoger esa “ruta alternativa para mochileros”. Lárnaca es el destino más oriental de cuantos oferta Ryanair, y su conexión con Girona diría que uno de los trayectos más largos de la compañía. No en vano, Chipre está todavía cerca de la costa siria y de Turquía.

La conexión entre Gaziantep y Nicosia (capital de Chipre) también era asequible (45 €) y rápida (45 minutos), así que enlacé los dos vuelos: ese primero, con Pegasus Airlines, y el de Ryanair que os comento, que salió por 30 € na más. Es sin duda la mejor alternativa para quien me quiera venir a visitar...

Nos situamos pues en el domingo 4 de diciembre. El primer vuelo, sin la menor incidencia, me deja en el aeropuerto de Nicosia (Ercan), el único de la ciudad, en la parte turca. Señalo que es el único aeropuerto porque, como ya conté cuando fui a Chipre por placer, la isla está dividida en dos mitades aisladas, la turca y la griega, y la frontera también divide en dos a Nicosia. El principal aeropuerto de la parte griega es el de Lárnaca, en la costa sur, a unos 70 km. de la capital.

He aquí cuando surge la primera de las incertidumbres de este viaje: cómo conseguir ir de un aeropuerto a otro en las 3 horas de las que disponía, cruce de frontera incluido. Voy a intentar esquematizar el trabado y estresante desplazamiento:
  1. Control especialmente exhaustivo en el aeropuerto de Ercan, con un inesperado cuestionario sobre mi vida entera, aparte del rutinario control del pasaporte.
  2. Taxi aeropuerto Nicosia –> frontera (en el centro de la ciudad).
  3. Cruce de la frontera. La poli turca me pide un papel que me habían dado en el aeropuerto y que resultó ser un permiso especial para pasar, porque justo ese día estaban haciendo “recuento de población”. Paso el control. Cruzo a pie por la llamada “zona de amortiguación”, una especie de barrio fantasma, territorio de nadie (bueno, custodiado por la ONU) con varias casas abandonadas y derruidas, posiblemente habitadas en tiempos de no confrontación. De paz, vaya.
    Fronteras, controles policiales, zona de amortiguación... suena todo demasiado hostil, como si sólo fuera la mediación de “la comunidad internacional” lo que está evitando un enfrentamiento bélico. Es alucinante el aislamiento entre las dos mitades de Chipre, con sus formas de vida, creencias, culturas... tan diferentes. Es sin duda un caso más digno de estudio, entre los “sinsentidos del ser humano”. En fin, paso también el control de la poli griega, algo más desconfiados y, con el tiempo encima, pillo un...
  4. Taxi frontera -> estación de autobuses, donde por 5 minutos pude coger el...:
  5. Autobús Nicosia –> aeropuerto de Lárnaca, clave para ahorrarme la pasta de un taxi entre ambas ciudades.
Con la suerte de mi lado durante todo el día, camuflo unos zapatos entre abrigos y la mochila pesa 9,9 de un máximo de 10. To pa' dentro como equipaje de mano.

El segundo vuelo fueron 4 horas pero se me pasaron bastante rápido. Conocí a una interesante pareja de periodistas, que resultaron estar especializados en Oriente Medio. Me contaron que trabajan para AFP (Agence France-Presse), una de las más importantes agencias de noticias a nivel mundial. Ella nació y se crió en Líbano. De padre libanés y madre española, cuenta con 3 lenguas maternas: francés, español y árabe. Me contó que lleva 24 años de profesión, y que a veces se quema porque todo en los medios es una gran mentira. Por lo menos, lo reconoce. Él, fotógrafo, estuvo en Irak cuando el meollo del bombardeo yanki.

En fin, una muy interesante compañía que, junto al periódico y su crucigrama me mantuvieron distraído hasta casi ni darme cuenta de que aterrizaba, como si nada, de nuevo en España...

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