Desde Frankfurt

Merhaba! Ya estoy en Gaziıantep, sano y salvo. De momento, todo bastante bıen, salvo que no tengo internet en el pisaso. Pronto escribire sobre mıs prımeras ımpresıones aquı. No he tenıdo demasıado tıempo, cosa que es buena. Os dejo las movıdas que escrıbı en el aeropuerto de Frankfurt. Un saludo!

Ya que en la presentación no conté nada de cómo llegaré a Gaziantep, aprovecho ahora que tengo “un rato”. He salido desde Jerez a las 10 de la noche hacia Frankfurt. Hoy es uno de esos días tan largos que parece que lo de por la mañana pasó el día anterior. Son las 2 y pico (creo que es la misma hora que en España, aunque no me he asegurado). El sueño me obnubila bastante pero no tengo pensado dormir. ¡El aeropuerto de Frankfurt es enorme! Para ir de una terminal a otra hay que coger un metro/tren interno. Gratis, vaya.

Dentro de lo que cabe, estoy orgulloso de mí mismo. No estoy encontrando dificultades, pese al estrés natural que provocan los aeropuertos. He activado ya las neuronas del inglés y lo he chapurreado con éxito con tres trabajadores, hasta encontrar la ventanilla exacta del check-in para Gaziantep. Ya había unos cuantos turcos por ahí rondando :) Me ha gustado ver el nombre de mi destino en los mosaicos estos enormes de monitores con todas las próximas salidas o ‘departures’, que son muchas aquí ya que, como digo, este aeropuerto es la hostia.

A efectos prácticos, pa que lo apunte quien quiera venir a verme, diré que es inevitable hacer al menos una escala para llegar a Gaziantep desde España. Y a cualquier ciudad que no sea Estambul, que es la única turca con conexiones con Madrid, Barcelona y Málaga (?). Ahora bien, nada me venía mejor que esta combinación: Jerez – Frankfurt – Gaziantep, saliendo de mi ciudad.

Me enteré de esa posibilidad a través de Miguel, mi compañero de la facultad en Turquía, que ya está allí, por cierto, y que se ha portao cerrando el alquiler del piso. Skyscanner.com es la página que me chivó.

Tengo ya una anécdota reseñable. Mi querida madre me ha hecho dos bocadillos gloriosos antes de salir (no hablo en pretérito perfecto porque todavía hace un rato, pese a la dramática despedida). Total, que me empiezo a comer uno y, cuando lo estoy terminando, anuncian que “en próximos minutos” nos servían la cena. He cenao doble, un poco. En realidad, es que me ha salido más caro el trayecto Jerez – Frankfurt que el segundo, Frankfurt – Gaziantep. He venido con una compañía alemana llamada TUIfly, que pensaba que era rollo low cost y ha resultado ser de to por to. Lo digo para que, si alguna vez hacéis un vuelo que se salte una comida importante del día, contéis con el plato de ñoquis. ¡Y con zumo infinito! Me dice la mujer, con acento alemán: “¿Cuántos quiéres? Uno, dos, tres, cuatro…”. Sabía contar claramente. Pedí dos pa no abusar. Y luego, chocolatinas infinitas también. Una.

Me estoy entreteniendo a tope escribiendo. Son las 2:45. Teniendo en cuenta que facturaré sobre las 4, tampoco es tan grave la espera.

Estoy con una libreta, a la antigua usanza, ya que mi portátil está porío y la batería carece de autonomía a estas alturas. Me he pegao un buen rato dando vueltas buscando enchufes pero nada, sólo en los baños y paso.

Por completar la información del viaje, deciros que salgo a las 5 y llego a las 9 de la mañana. Súmele una hora, porque allí sí que es una más, y comprobará que llego a las 10, hora turca. Con luz solar y todo el día por delante, cosa que me parece cojonuda. La clave sería sobarme en el avión (Condor). Espero que sí.
Ya me ha avisado Miguel de que, de momento, no tenemos internet en el piso. Si veo que se va a demorar la cosa, buscaré conexión en la Universidad o en los Starbuck’s (risas).

Es un poco putada no poder subir esto nada más escribirlo, porque será más en frío y lo mismo lo veo todo ridículo, pero… Creo que a partir de ahora voy a anotarlo todo en esta libreta. Es más auténtico y me dejo menos la vista de topo que manejo.

Ojalá siga con ganas, tiempo y cosas que contar durante el resto del año. Muchas gracias, por cierto, a quienes se han despedido de mí, de una u otra forma. Tengo un montón de ganas de llegar. Espero que mi periodo de adaptación se limite a pasar las cosas de la maleta al armario (jaja). Ojalá.

Yo no es por na pero están los alemanes razonablemente abrigaos y yo en camiseta. Estaré mu petao o algo. No hombre. Son individuos observadores los alemanes. Por lo menos a mí me miran como si fuera un pobre chico español desamparado y cogío de la cabeza. Manda huevos que es la primera vez que estoy en Alemania y es para estar encerrado en el aeropuerto.

Ah, por cierto, me encanta cuando hay un gráfico en los aviones con el mapa y el trayecto seguido. Hemos sobrevolado Sevilla, Madrid, Pamplona, Burdeos y París, que yo me haya enterao. Mañana es la hostia. Bueno, dentro de un rato. Para llegar a Gaziantep voy a sobrevolar un montón de países. No lo he calculado exactamente, pero si se trazara una línea recta serían por lo menos ocho.

Me he puesto el abrigo ya, que me voy a poner malo y voy a tener que estrenar el botiquín. Son las 3:15. Estoy pensando que, cuando publique esto, se me va a juntar con las primeras impresiones de Gaziantep. O lo pongo por fascículos o me va a quedar un texto larguísimo. En cualquier caso, me está dando la gloria esto. Llevo un rato amagando con cerrarlo. Ahora es cuando se hace dura la espera. Me voy a sobar del tirón (en el avión).

Y nada, ahora sí. Cierro el bloc con la ilusión de que, probablemente, cuando lo vuelva a abrir, estaré en tierras asiáticas, en mi desconocida pero ya querida Gaziantep.

1 comentario:

  1. me ha gustado saber de ti, bombón! espero ansiosa la siguiente entrada!

    te echo de menos...

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